Lupe, doña Juana y el alemán son algunos de los personajes —entrañables, inocentes, inolvidables— que habitan esta historia situada en el burdel de un pueblo perdido, primero, y en la ciudad de Tijuana, después. En este, el mundo creado por Angélica Labrada en su primera novela, una niña vidente, otra muda y una más que sueña con tener muchos amantes, buscarán reinventarse junto con su madre, reunidas siempre con un traguito de cerveza para conformar un universo de mujeres únicas.