El verso fue la palabra. A cuentagotas, entre la primera y la última noche, Elisa Buch ha hurgado en los recuerdos del amor y los rostros, de las cicatrices del tiempo y de la progenitura, y ha logrado levantar un íntimo remolino de voces. Su pasión por el otro, los pequeños fragmentos de historia, el instante que debe recorrer la voz para superar la mudez del dolor se expresan a través del ritual sagrado, verdadero cántico del deseo de creer que es la poesía. Elisa Buch oficia la búsqueda del verbo en la alegría y en las pérdidas, sus versos se hacen palabra verdadera, la de las personas que saben, investigadas por la magia y el capricho, que la poesía crea en el silencio. Francesca Gargallo