Dos construcciones teóricas, la de Maquiavelo y la de Marx, y un gobernador de una entidad federativa de la República Mexicana, Ulises Ruiz Ortiz, convergen para explicar un régimen político particular con el propósito principal de enriquecer la Ciencia y la Teoría Política. Los elementos del régimen político oaxaqueño, tales como la existencia de una significativa población indígena en condiciones de servidumbre y como hijos predilectos del régimen, le imprimen un matiz muy especial al modo de gobernar a Oaxaca pues, entre otros factores, los indígenas sostienen al régimen y definen su gobernación. Si Marx ha aportado la idea de un gobernante situado por encima de las clases sociales, la ausencia de clase dominante en Oaxaca en el contexto de una sociedad tradicional es vital para entender las características de un régimen definido por tanto como bonapartista. Tal ausencia explica el funcionamiento de un modo específico de dominación a cargo del gobernador en tanto actor central a quien, para garantizar la eficacia gubernamental, le es exigido de manera constante y por ello le resulta indispensable nutrir, mantener y desarrollar el poder del Estado, tal y como lo expuso Maquiavelo en sus obras, pero sobre todo en El Príncipe. El maestro florentino, al proponerse analizar a los gobernantes tal como son y no como debieran ser, continúa motivando el análisis político, en este caso a través del ejercicio gubernamental de Ulises Ruiz Ortiz (2004-2010), a la vez que invita a reflexionar sobre las causas y factores que continúan impidiendo que tanto Oaxaca como México logren sintonizarse con las exigencias sociales, políticas y jurídicas del desafiante siglo XXI.